
HP es la empresa líder mundial en el mercado de impresoras, un sector que muchos califican como poco ecológico por el gasto de papel y con un futuro dudoso debido a la ubicuidad de los contenidos digitales. Ante este gris panorama, la empresa apuesta por las mejoras tecnológicas para lograr una impresión más eficiente y conveniente para sus clientes.
Tecnología al servicio del medio ambiente
Por alguna razón, el recorte del uso de papel ha sido uno de los frentes de batalla más populares en la concienciación ecológica surgida los últimos años. ¿Quién no tiene al final de sus e-mails un mensaje tipo “No imprimas este correo a menos que sea imprescindible”?
Las empresas como HP, que viven de que la gente imprima en papel, tienen que adaptarse a esta tendencia. Para ello están tratando de ofrecer una cara más amable, una forma de impresión más respetuosa con el medio ambiente.
Para ello, por ejemplo, HP ha lanzado un software que evitar imprimir páginas prácticamente en blanco cuando queremos imprimir páginas web, el “Smart Web Printing”, que permite por ejemplo seleccionar el área de una página web e imprimir sólo esa área.
Reciclaje de cartuchos de tinta
Otro de los ámbitos en que HP está trabajando es en el reciclaje de los cartuchos de tinta. Básicamente, las impresoras domésticas son de dos tipos:
· Las de tóner: requieren menos temperatura para fundir la tinta y ahorran energía. Requieren menos repuestos, pero también son más caras.
· Las de cartucho con cabeza impresora: la carga tecnológica de la impresión –el chip- está en el propio cartucho, que tiene un precio elevado comparado con lo que vale la impresora en sí, que puede conseguirse incluso por unos $40.
Las impresoras de cartuchos de tinta son las más comunes en los hogares, lo que genera un alto consumo de cartuchos que deben reponerse, con el consiguiente desecho: el propio cartucho.
Una opción que se ha popularizado los últimos años ha sido el relleno de los cartuchos: se destapan, se inyecta tinta de colores en los diferentes depósitos y se vuelve a cerrar para reutilizar el cartucho. El ahorro económico es evidente, pero el problema es que el cartucho rellenado falla en el 30% de los casos, según HP.